El yezgo o sauquillo (Sambucus ebulus) es una hierba grande y exuberante, de hasta un metro y medio de altura, con un rizoma reptante que le permite ocupar extensiones de terreno. Es cercana al conocido saúco (S.nigra) con el cual podría confundirse, aunque el yezgo no llega a ser leñoso y renueva cada año sus tallos.
El yezgo es una hierba muy hojosa. Sus hojas son grandes, compuestas imparipinnadas por (7)9-13 folíolos lanceolados, estrechos y agudos, con margen dentado. Estas hojas nacen opuestas y con estípulas en la inserción. El tallo, como el del saúco, contiene en el interior una medula blanca y esponjosa.
El yezgo florece en verano. Saca corimbos -un racimo de ramas desiguales que lleva todas las flores más o menos a la misma altura, como si se tratara de una umbela- de unos 10 cm de diámetro de pequeñas y numerosas flores casi completamente blancas. Las flores poseen un minúsculo cáliz blanco, petaloide terminado en 5 puntas rosadas, 5 pétalos blancos soldados, 5 estambres con filamento ancho y blanco y un par de anteras, muy separadas a cada lado, de color púrpura o violeta y un ovario ínfero. Las anteras purpúreas distinguen la flor del yezgo de la del saúco, en el que son amarillas.
Los frutos son bayas negras, relucientes, de unos 4 mm de diámetro. Estos frutos son carnosos y jugosos, con un zumo del color del vino. En su interior se esconden pequeñas semillas. Con la maduración, las ramas del racimo toman también un color rojizo o vinoso.
El yezgo crece en herbazales de las tierras fértiles y húmedas. Es una planta extensamente distribuida en Europa. En Cataluña es frecuente en los valles pirenaicos a poca altura y en la comarca de Osona; en cambio en la comarca de Bages es más bien escaso y busca refugio cerca de los cursos de agua.
Se conocen diversos usos del yezgo en medicina tradicional como purgante, laxante, diurético o cicatrizante, mediante elaboraciones igualmente variadas, y hasta como insecticida para ahuyentar moscas y pulgas. Aunque hay que considerar el yezgo más bien como planta tóxica, muy especialmente sus frutos. El género Sambucus, junto con Viburnum -el género del durillo (V.tinus) y de la lantana (V.lantana)– se ha separado recientemente de la familia caprifoliáceas para constituir la nueva familia adoxáceas. A cambio, la familia caprifoliáceas incorpora las anteriores dipsacáceas y valerianáceas.
[fotos Jordi Badia]