El incendio del 18.07.2022 en el cerro de Jeroni, Bufalvent y Les Arnaules (Manresa) y la tala un año después de los troncos de pino quemados en una parcela del área afectada descubren el paisaje en bancales sostenidos por paredes de piedra seca y salpicados de barracas que el pinar de pino carrasco ocultaba. Este paisaje trabajado con las manos y a escala humana se nos antoja anacrónico, fosilizado entre las desmesuradas infraestructuras modernas del vertedero comarcal, la autopista C-16 Terrassa-Manresa y las líneas eléctricas. Sumando pequeños bancales escalonados, el cultivo de la viña ocupó un territorio inmenso en la mitad sur de la comarca de Bages, hasta la llegada de la plaga de la filoxera en 1898.
No cabe esperar que, más allá del aprovechamiento de los troncos de pino, la propiedad recupere el antiguo uso agrícola de esta parcela escalonada en bancales en Les Arnaules. En ella, la mayoría de los arbustos han sacado nuevos retoños, particularmente la coscoja, el enebro albar, el lentisco, el labiérnago, la madreselva, el torvisco, la aliaga, el escobizo y la esparraguera silvestre, y han nacido plantones de pino carrasco a partir de los piñones, a pesar de que la temporada ha sido rematadamente mala. Si no surgen contratiempos, la sucesión vegetal conducirá hacia un coscojar con pinos carrascos. Sin las paredes de piedra seca de los tiempos de la viña, la erosión de la vertiente al quedar desprovista de la protección de la vegetación después del incendio hubiera sido mucho mayor y, en consecuencia, la recuperación de la vegetación menor.
[foto Jordi Badia]