El pozo de hielo de la Torre d’en Roca atestigua que el agua del arroyo de Conangle había sido dulce

La imagen muestra lo poco que queda del pozo de hielo de La Torre d’en Roca, ya en ruinas. El pozo de hielo de La Torre d’en Roca está situado en la vertiente umbría del arroyo de Conangle, unos 50 metros aguas arriba del paso del acueducto de la Acequia de Manresa, en la finca del mismo nombre, en el término municipal de Sallent. La bóveda cayó en el año 1986.

El pozo de hielo de La Torre d’en Roca se suministraba, evidentemente, de agua del arroyo de Conangle. En aquellos tiempos antes de la minería de potasa, el arroyo de Conangle debía tener agua dulce, no salinizada como la que ha visto correr durante parte de los siglos XX y XXI. El hielo natural de pozos se utilizó principalmente durante los siglos XVII, XVII y XIX para helados y granizados, enfriar el vino, conservar alimentos y combatir la fiebre. Nadie se hubiera molestado en construir un pozo de hielo en un lugar de agua salada para obtener un hielo salado de mala calidad, que funde más fácilmente y que no serviría para la mayoría de las aplicaciones. El pozo de hielo de La Torre d’en Roca certifica que, unos siglos atrás, el agua del arroyo de Conangle era totalmente dulce.

El arroyo de Conangle se salinizó en el siglo XX, como consecuencia indeseada de las actividades de la minería de potasa en los alrededores. Existen dos zonas de entrada de agua salina en el arroyo de Conangle perfectamente documentadas con análisis por Montsalat, sin descartar que pueda haber más.

Una entrada, que fue muy evidente hasta el año 2010 cuando la escombrera salina de Vilafruns (Balsareny) fue impermeabilizada y restaurada, se encuentra en un tramo de unos 50 metros en la ribera izquierda -el lado de la escombrera de Vilafruns- entre el acueducto y la perpendicular al pozo de hielo. Con la impermeabilización y el cubrimiento de la escombrera de Vilafruns, el caudal de esta filtración se redujo primero súbitamente, después progresivamente hasta quedar actualmente (2023) en casi nada.

Unos 1,5 km hacia la cabecera del valle, cerca del cruce donde se inicia la pista que conduce a la casa de Gener, un pozo de control piezométrico pincha con precisión otra entrada subterránea de agua salada. El agua salada de esta entrada cercana a la casa de Gener no contiene potasio. Por tanto, su origen no puede estar en las escombreras salinas. Con toda probabilidad, esta agua es salina debido a los dos pozos mineros que la compañía La Fodina perforó en la zona hasta alcanzar el estrato salino; uno de exploración y otro, mucho más ancho, destinado a una explotación que nunca arrancó. El gran pozo de explotación está parcialmente inundado. El otro pozo, el de exploración, fue sellado por arriba, por lo que no puede observarse su interior, aunque es muy probable que esté también inundado tras decenas de años sin ningún mantenimiento. Los pozos mineros inundados de La Fodina deben poner el agua subterránea en contacto entre el estrato salino y el arroyo de Conangle. La consecuencia es la salinización del arroyo que recibe la entrada principal de agua subterránea salada en el tramo cercano a la casa de Gener.

¿Quién va ahora a reclamar a la compañía minera La Fodina, que terminó su lamentable recorrido al ser finalmente expropiada en el año 1951?

[foto Jordi Badia]