En la montaña del castillo de Cardona, los estratos están inclinados debido al diapiro. Un pequeño desprendimiento junto a la carretera puso al descubierto la superficie de un estrato de arenisca roja, en el cual se aprecian diversas icnitas o huellas fósiles. Su conservación no es muy buena, aunque la alineación regular permite reconocerlas. Entre ellas se identifican como mínimo las huellas de un ave, las mejor perfiladas, y las de un mamífero tridáctilo mucho más pesado, las más numerosas.
El estrato corresponde a los terrenos de origen continental del período Oligoceno, sedimentados hace unos 30 millones de años.
[foto Jordi Badia]