Sesia apiformis, la abejilla del álamo y del chopo, es una polilla que a primera vista parece una avispa por las franjas amarillas y negras del abdomen, pero también parece un abejorro por la abundancia de pelo tanto en el tórax como en el abdomen. Además, la falta de escamas en las alas posteriores y en la mayor parte de las alas anteriores recuerda tanto a una avispa como a un abejorro. Todo ello hace que sea uno de los ejemplos más claros y espectaculares de mimetismo batesiano dentro de la familia Sesiidae. Sin embargo, la ausencia de cintura entre el tórax y el abdomen nos indica de forma clara que es un lepidóptero.
El dimorfismo sexual de los imagos está poco acentuado. Las hembras son mayores, pueden alcanzar los 45 mm de longitud y el cuarto segmento abdominal es de color negro rojizo. Los machos -en la imagen- pueden alcanzar los 40 mm de longitud y el color del cuarto segmento abdominal es marrón negruzco. Las hembras no son demasiado aventureras, una vez emergen pasan las primeras horas sobre una hoja o sobre el tronco del árbol del que surgieron y normalmente no vuelan hasta después de aparearse. Por el contrario, los machos son más decididos y vuelan después de la emergencia en busca de pareja. Las hembras facilitan su localización liberando al aire unas feromonas sexuales que atraen a los machos. Después del apareamiento los huevos fecundados se ponen principalmente alrededor de la base de un árbol huésped. A mediados de junio, los huevos eclosionan y aparecen unas larvas endófitas que se alimentan de las raíces y las partes bajas del tronco de álamos y chopos, en menor medida de sauces y alisos, perforando importantes galerías en el interior de la madera que pueden afectar a los tejidos conductores debilitando así el àrbol. Esta fase del ciclo biológico dura al menos dos años. Las larvas antes de pupar agujerean un túnel de salida al exterior dejando una fina capa de corteza al final para disimular y después construyen un capullo a partir de sedas y astillas. En el interior de los capullos se forma una pupa provista de unos anillos de espinas duras que permiten su desplazamiento a lo largo del túnel de evacuación hasta que parte de la pupa sobresale en la superficie del árbol. La pupa se mantiene en esta posición hasta que sale la polilla adulta a partir de mediados de mayo.
Debido al carácter endófito de la larva, esta polilla puede provocar daños en los árboles huésped en bosques de ribera y plantaciones.
[foto Xavier Adot]