El almorejo (Setaria viridis) es una hierba gramínea anual de hasta medio metro de altura que se identifica por su espiga erecta y cilíndrica, de unos 6-15 cm de longitud por 0,5-1,0 cm de diámetro. En realidad la espiga no es simple sino compuesta, es una panícula de espigas y espiguillas dispuestas tan juntas que esconden el eje. Esta espiga es completamente verde, continua y posee setas o cilios erizados como aristas finas. La espiga madura puede engancharse entera en la ropa o en los pelos de los animales, aunque más a menudo se desprenden trozos o espiguillas que se adhieren mediante el denticulado de los cilios.
La foto 2ª muestra una espiga a la que han caído ya las espiguitas, quedan solo los cilios erizados.
Las hojas miden hasta 30 cm de longitud por 2 cm de anchura, poseen nervios paralelos prominentes y resaltados en blanco por la cara inferior y, en la cara interna de la base, la lígula reducida a una línea de pelos (foto 3ª).
La foto 4ª muestra unos raros ejemplares vivíparos, en los que en la espiga no se forman granos sino plantones de nuevos individuos.
El almorejo es una planta propia de lugares humanizados que crece en huertos, márgenes de caminos y en grietas de los pavimentos.
Del mismo género vive también en la comarca de Bages, aunque no es tan común, la lagartera (S.verticillata) con la espiga discontinua, separada en verticilos. Ambas especies se distinguen también per la orientación del denticulado de los cilios; los de S.viridis son antrorsos de forma que la espiga es áspera al tacto al pasar la mano de arriba a abajo, mientras que los dentículos de S.verticillata son retrorsos que dan aspereza de abajo a arriba.
Setaria viridis es una planta con metabolismo fotosintético C4, como la cañota (Sorghum halepense) o el maíz (Zea mays), lo que explica su capacidad para crecer en unas pocas semanas y su verde intenso.
[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª y 3ª) y Montserrat Porta y Jordi Badia (4ª)]