Blanquita de la col

Pieris rapae

La blanquita de la col (Pieris rapae) es una mariposa blanca muy común en los huertos, cuyas orugas, como su nombre indica, se alimentan de plantas de la familia crucíferas, principalmente de las coles cultivadas, y de alguna más como la capuchina (Tropaeolum majus) que a veces se planta como cebo y de hierbas del género Reseda.

La blanquita de la col (P.rapae) se parece mucho a la blanca de la col (P.brassicae) y a la blanca verdinervada (P.napi) por la morfología y por la alimentación, tanto que casi siempre de confunden y se denominan en conjunto mariposa de la col. Los adultos de la blanquita (P.rapae) se distinguen de los de la blanca (P.brassicae) por su menor envergadura y porque la mancha negra en el extremo apical del anverso de las alas anteriores es menos extensa y menos negra. Vistas por el reverso, las alas son blancas en los machos y más amarillas en las hembras. El reverso de las alas posteriores posee escatas como puntitos azules, a veces con matiz verde o grix, más concentradas en el lado posterior de la vena medial V4 que en su lado anterior (foto 6ª).

Las orugas de la blanquita (P.rapae) –en las imágenes 1ª, 2ª y 3ª- son verdes con una fina línea dorsal amarilla, puntitos amarillos en los laterales coincidiendo con el centro de cada segmento, un punteado negro pequeño al azar y con pilosidad blanca. Puestas en el reverso de una hoja de col resultan crípticas porqué tienen exactamente el mismo color. En cambio, las orugas de la blanca de la col (P.brassicae) tienen manchas negras circulares mayores que les dan vistosidad.

La blanquita de la col consigue diversas generaciones por año. Las hembras adultas agrupan los huevos de color naranja y forma troncocónica en el reverso de las hojas de col o de otra planta nutricia. A los pocos días nacen las orugas que viven solitarias. Mientras que las orugas de la blanca (P.brassicae) se encuentran principalmente en las hojas, las de la blanquita (P.rapae) suelen meterse en el ovillo o coliflor que devoran internamente mientras quedan escondidas y protegidas de insecticidas y de himenópteros que las pudieran parasitar.

La blanquita de la col puede ocasionar graves perjuicios en los cultivos de cualquier variedad de col.

[fotos Montserrat Porta y Jordi Badia (1ª, 2ª, 3ª, 4ª y 5ª) y Pere Moraleja (6ª)]