El cártamo silvestre (Centaurea jacea subsp. vinyalsii) es una hierba con base leñosa, vivaz, de poco más de medio metro de altura y perteneciente a la familia compuestas. Se encuentra en prados frescos y bosques claros, preferentemente en localidades altas. El cártamo silvestre posee capítulos de unos 2 cm, protegidos por brácteas que constan de dos partes, una base verde que no se ve al quedar escondida por el par de brácteas imbricadas que tiene por encima y un apéndice escarioso de color marrón claro, abierto como un abanico, que es la única parte visible a menos que se diseccione el capítulo. Las flores son de color purpúreo, en tubo estrecho finalmente abierto en una estrella de 5 pétalos. Las flores más exteriores suelen ser mayores. Las hojas del cártamo silvestre son simples y enteras -otro rasgo que diferencia Centaurea jacea de la mayoría de congéneres- de forma ovada o lanceolada, de 1 o 2 cm de anchura y con pecíolo corto o ausente. El cártamo silvestre forece a final de verano.
El género Centaurea incluye unas 500 especies en total; se trata de unos de los géneros más extensos, prueba del éxito evolutivo de las plantas de la familia Asteridae o compuestas. No es de extrañar pues que en la comarca de Bages aparezcan unas cuantas especies de Centaurea. El gén. Centaurea se caracteriza por sus capítulos grandes con receptáculo en forma de copa, como una alcachofa, cubiertos por un involucro de brácteas o escamas con la punta terminada en un apéndice de morfología variable, a veces espinoso, particular de a cada especie.
[fotos Jordi Badia]
- Ver otras especies de Centaurea: la centaurea mayor (Centaurea scabiosa), la escoba de pedriza (Centaurea intybacea) y la alcachofilla (Leuzea conifera [= Centaurea conifera]).