El cerezo de santa Lucía (Prunus mahaleb) es un arbolillo silvestre pariente del cerezo y del ciruelo, aunque sus frutos tienen el tamaño de un guisante y son poco comestibles.
Posee hojas con limbo ampliamente ovado, pequeño de unos 3-4 cm de diámetro, reluciente, con la base acorazonada, la punta aguda y el margen dentado. Las flores son contemporáneas de las hojas. Las flores no nacen en pedúnculos independientes, sino ramificados, agrupadas en ramilletes de 3-10 flores dispuestas en corimbo –es decir, una inflorescencia en la que todas las flores alcanzan una misma altura a pesar de estar sostenidas por pedúnculos ramificados desiguales. Estos ramilletes se mantienen erectos hasta la fructificación. Las flores del cerezo de santa Lucía siguen el modelo de flor de los frutales a escala reducida. La cereza del cerezo de santa Lucía termina de color negro al madurar.
El cerezo de santa Lucía vive diseminado por los robledales submediterráneos de roble pubescente y quejigo, en terrenos calcáreos. En la comarca de Bages es raro, aunque se le encuentra en lugares como los alrededores de la fuente de L’Arrel, en el valle de Rajadell.
[fotos Jordi Badia]