Cerezo

Prunus avium

El cerezo (Prunus avium), con sus numerosas variedades, es probablemente el frutal plantado más a menudo en los huertos, patios y jardines particulares en la comarca de Bages. Además de la obviedad que un cerezo produce cerezas, los cerezos se plantan también por el placer de ver pasar los meses del año en colores en el patio de casa: las flores blancas en marzo, el verde salpicado de cerezas rojas en junio, las hojas amarillas en noviembre y sus ramas desnudas en diciembre.

Los cerezos pueden nacer subespontáneamente a partir de huesos de cerezas de ejemplares cultivados y, si se abandona el lugar donde hay un cerezo, éste se mantendrá durante años. Pero en la comarca de Bages el cerezo no llega a instalarse en umbrías y vaguadas, como sí lo consigue en comarcas pirenaicas. La forma silvestre y espontánea en las comarcas pirenaicas, cuyas cerezas son menores y menos dulces que las de las variedades cultivadas, se denomina Prunus avium var.sylvestris.

Los cerezos comercializados y plantados en la comarca de Bages, un territorio calizo, son variedades de cerezas apreciadas injertadas sobre un pie de cerezo de santa Lucía (Prunus mahaleb), una especie que sí se encuentra espontánea en la comarca de Bages.

A inicios de primavera, el cerezo saca las flores a la vez o poco antes que las hojas. Las flores aparecen en grupitos, inclinadas hacia abajo porqué sus pedúnculos largos y delgados no pueden sostenerlas, miden unos 3 cm de diámetro y poseen los pétalos totalmente blancos. Las hojas tienen limbo grande y delgado, con contorno elíptico o romboidal, la punta alargada y el margen dentado, y surcado por numerosos nervios secundarios rectos y paralelos. El pecíolo tiene dos glándulas características, como pequeños abultamientos. Dependiendo de la variedad, los frutos, las cerezas, son mayores o más pequeñas, de color variable a la madurez desde el amarillo hasta el rojo vinoso oscuro y con el pedúnculo más o menos largo y más o menos grueso. Las cerezas son tan apreciadas por los mamíferos -entre ellos nosotros, los humanos- como por los pájaros, por lo que los hortolanos a menudo protegen la copa entera del cerezo con redes. En otoño, las hojas del cerezo toman tonos amarillos o naranja antes de caer.

La corteza del cerezo es plateada y lisa, con grandes fisuras transversales que, en los cerezos viejos, acaban por dejar que la corteza se desenrolle parcialmente como una cinta.
A través de las heridas en el tronco o en las ramas principales, el cerezo exuda una goma que solidifica en forma de bolas. La madera es dura y rojiza; los muebles de madera de cerezo tienen una elegancia particular. No se ven la comarca de Bages plantaciones de cerezos destinadas al aprovechamiento de la madera.

El cerezo es susceptible de ser atacado por pulgones en sus hojas, por la mosca de las cerezas (Rhagoletis cerasi) cuyas larvas blancas echan a perder las cerezas y por enfermedades fúngicas, a menudo combinadas con larvas de grandes coleópteros en el tronco o en las raíces.

[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª y 3ª) y Montserrat Porta (4ª)]