Haematococcus pluvialis

Haematococcus pluvialis

Haematococcus pluvialis es una alga clorofícea -o sea una alga verde- del orden volvocales, unicelular y planctónica, clasificada en la extensa familia Chlamydomonadaceae o, según autores recientes, en la más restringida familia Haematococcaceae. Observada al microscopio, la célula posee forma de globo con dos flagelos en la punta, suele contener hematocromos que destacan en el interior del citoplasma por su tono rojo y está envuelta por una vaina gelatinosa incolora.

Haematococcus pluvialis, a pesar de ser unicelular, es una alga conocida porque tiñe de rojo oscuro el agua de lluvia retenida en charcos sobre roca, especialmente en los cuencos en las riberas rocosas de ríos y arroyos. En la parte sureste de la comarca de Bages, los cuencos adornan el pasos de los cursos de agua sobre calizas marinas, duras pero sensibles al desgaste por disolución. El río Llobregat en Els Tres Salts, el río Cardener en Manresa y los arroyos de Calders y de Mura en diversos tramos han excavado cuencos en la roca caliza. En las imágenes, el agua retenida en cuencos de la orilla del Llobregat en Els Tres Salts (Manresa, Talamanca) teñida de rojo oscuro por poblaciones de Haematococcus pluvialis.

Cuando las condiciones en el agua empiezan a ser desfavorables, Haematococcus pluvialis se transforma en un cisto, una célula de resistencia mayor, esférica y acorazada, llena de un pigmento de color rojo intenso del grupo de los carotenos, una sustancia antioxidante y protectora solar muy potente a la que la célula ha destinado todos sus recursos metabólicos: la astaxantina. La astaxantina protegerá el cisto de Haematococcus pluvialis mientras dure el período de desecación.

La capacidad de Haematococcus pluvialis de síntesis de astaxantina se aprovecha en biocultivos. La astaxantina producida por Haematococcus pluvialis posee múltiples aplicaciones: antioxidante, suplemento dietético, protector de los rayos UV, ingrediente anti-envejecimiento de la piel en cosméticos o como colorante natural. No debemos ser los humanos los primeros en beneficiarnos de la astaxantina de Haematococcus pluvialis; los pájaros que se dan baños en los charcos rojos probablemente buscan instintivamente la protección solar de esta alga. La astaxantina es también el pigmento que proporciona el color rojo a las gambas y los langostinos y les da un plus de alimento saludable.

En la imagen 4ª, el contraste entre un charco teñido de rojo por su población de Haematococcus pluvialis y otro no, con el agua incolora y algas verdes en el fondo.

[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª y 3ª) y Manuel Soria (4ª)]