El mastuerzo marítimo (Lobularia maritima [= Alyssum maritimum]) es una planta de la familia crucíferas con porte de una pequeña mata que vive uno o unos pocos años.
Sus hojas son sésiles, estrechas y lanceoladas, la mayoría de unos 10-20 x 2-3 mm y algunas mayores, más anchas en su mitad distal, con margen entero, un nervio central blanco y de tono verde grisáceo por la presencia de pelos cortos aplicados.
La inflorescencia es un racimo que se alarga a medida que avanza la fructificación, aunque manteniendo siempre flores blancas en el extremo –de donde les viene el nombre catalán caps blancs, cabezas blancas-, mientras debajo se encuentran ya frutos con sus pedúnculos más alargados y separados o solo sus restos. A menudo el eje de la inflorescencia y los pedúnculos toman tono rojizo.
Las flores sigue invariablemente el modelo de flor de crucífera con 4 sépalos pequeños, 4 pétalos de 2-3mm blancos o con la uña rosada, 6 estambres con anteras amarillas y un estilo y estigma central. El fruto es una silícula elíptica, casi circular, de unos 3mm de diámetro con un pequeño pico y una única semilla en el centro de cada lóculo. Las valvas del fruto caen pronto mostrando el septo translúcido que las separaba. Las flores tienen olor dulce, más bien desagradable.
El mastuerzo marítimo florece abundosamente y extiende su floración durante una larga temporada centrada en invierno. El mastuerzo marítimo es una planta muy común en terrenos rocosos de las comarcas litorales con inviernos suaves, de donde deriva su adjetivo marítimo. En cambio, sólo empieza a penetrar en la comarca interior de Bages. Pío Font y Quer no la incluyó en su Flora del Bages –Ensayo Fitotopográfico de Bages– publicada en 1914. Un siglo más tarde, el mastuerzo marítimo se encuentra esporádicamente en lugares soleados de la mitad sur, muy lejos de su abundancia en tierras litorales. Lo hemos encontrado ya en la zona de Viladordis, en Manresa. El tiempo dirá si el hecho se queda en anécdota o si, por el contrario y tal como parece probable, el mastuerzo marítimo pasa a engrosar la flora de la comarca de Bages.
[foto Jordi Badia]