La mazorra (Arrhenatherum elatius) es una hierba gramínea perenne, de un metro o más de altura, con una espiga que, por sus aristas acodadas, recuerda aquella de los géneros Avena y Avenula.
La mazorra posee hojas planas, de hasta 8 mm de anchura, con la vaina foliar envolvente abierta hasta su base y la lígula translúcida, rectangular y truncada, de solo 1-2 mm de longitud. La hoja superior puede alcanzar la punta de la espiga. Cada tallo forma una sola espiga de unos 12 cm de altura, compuesta de espiguillas semi-verticiladas, poco densas y con pedicelos finos. Cada espiguilla consta de 2 flores: la inferior masculina y con una arista que arranca de cerca de la base de la glumela inferior, de unos 16 mm de longitud y acodada en su mitad, y la flor superior hermafrodita o solo femenina, con una arista corta, de 2-3 mm, que arranca de cerca del ápice de la glumela inferior. La mazorra florece en mayo y junio. Al madurar, la espiga se contrae. Tota la planta tiene color verde pálido, amarillento en la espiga y azulado o glauco en el tallo y las hojas.
En las comarcas de montaña, la mazorra vive en los prados de siega, mientras que en la comarca de Bages se encuentra en claros de bosques de ribera. La mazorra requiere suelo fértil, clima fresco y humedad moderada.
[fotos Jordi Badia]