Mercurial perenne

Mercurialis perennis

La mercurial perenne (Mercurialis perennis) es una hierba de la familia euforbiáceas, la de las lechetreznas, a pesar de que no segrega látex ni sea evidente a primera vista. Posee estolones o tallos reptantes de los que, cada primavera, se alzan nuevos tallos hasta un palmo de altura. Los tallos verticales suelen perder al poco tiempo las hojas basales, mientras conservan tiernas y verdes las hojas superiores. Estas hojas nacen opuestas, tienen una pequeña estípula en el punto de inserción, pecíolo corto y un limbo lanceolado de hasta 10 cm de longitud con margen dentado. La mercurial perenne presenta la particularidad de ser dioica con una diferencia muy marcada entre individuos machos y hembras por la posición de las flores. Las flores masculinas -en la foto 1ª- son numerosas y agrupadas en largas espigas que nacen de la axila de las hojas. En cambio las flores femeninas son solitarias o en glomérulos de dos o tres con un pedúnculo común.

La mercurial perenne vive en el estrato herbáceo de robledales húmedos y hayedos, en condiciones ambientales de frescor y poca luz. Con sus estolones puede tapizar superficies extensas del bosque. En la comarca de Bages, la mercurial perenne se encuentra exclusivamente en la parte oriental más húmeda, es decir, en el Moianès y en puntos sombríos del PN.de Sant Llorenç del Munt i serra del Obac como el arroyo de Fontfreda, pero no llega ya al PN.de Montserrat.

La mercurial perenne, igual como la mercurial (M.annua), es una planta que se había tenido por medicinal. Según la tradición, beberse el caldo después de hervir individuos machos de mercurial aseguraba que se engendraría un hijo macho. Actualmente los usos de la mercurial o de la mercurial perenne, fundamentados o fantasiosos, están olvidados.

[fotos Jordi Badia]