La negrilla escamosa (Tricholoma atrosquamosum) es una seta cercana a la popular negrilla (Tricholoma terreum) -en catalán fredolic-, y como ella comestible, por lo que no hay que temer por la confusión. La negrilla escamosa tiene la forma y el color de la negrilla, aunque suele ser algo mayor. El sombrero umbonado pasa del gris oscuro de su centro a un tono blancuzco en el margen por la sucesión de pequeñas escamas oscuras, de 0,5 mm cada una, que al levantarse descubren el blanco de debajo. El pie es igualmente gris escamoso, contrastado con las láminas blancas. Además, la negrilla escamosa huele a pimienta.
La negrilla escamosa es más frecuente en bosques de planifolios que en pinares.
A pesar de ser comestible, los recolectores no suelen cogerla por el riesgo de confusión con la negrilla venenosa (Tricholoma pardinum). La negrilla venenosa posee también un sombrero escamoso, aunque de un gris más uniforme y, especialmente, es una seta robusta, grande, con el pie grueso, corto y macizo. La negrilla venenosa crece en la montaña, por encima de los 1500m; no la hemos encontrado nunca en la comarca de Bages. Más fácilmente podría confundirse Tricholoma atrosquamosum con T.scalpturatum, una negrilla más frecuente en robledales, con el sombrero gris e igualmente escamoso, aunque con el pie blanco o solo grisáceo en la base. Tricholoma scalpturatum es igualmente una seta comestible poco apreciada.
[fotos Jordi Badia]