Pata de gallo

Echinochloa crus-galli

La pata de gallo (Echinochloa crus-galli) es una gramínea de gran porte que puede conseguir recubrimientos densos y extensos a pesar de ser una hierba de ciclo anual. Vive en regadíos y cerca de aguas nitrogenadas.
Las hojas tienen forma de cinta larga de un máximo de 2 cm de anchura, con un nervio central amplio y lígula en la inserción al tallo. La ausencia de lígula foliar es una característica identificativa muy fiable, exclusiva del género Echinochloa entre las gramíneas en Cataluña. Los tallos alcanzan 1 metro de altura.
Florece en verano en una gran panícula terminal de racimos bien individualizados y con aspecto de espigas porqué las espículas o espiguillas están muy densas y sus pedúnculos son cortísimos. Los racimos suelen oponerse por pares en la base de la panícula, donde también suelen ser más largos, y ser únicos y más cortos a medida que suben por la panícula. La imagen de esta panícula con los racimos entrecruzados puede recordar un pie o pata de gallo, de donde deriva su nombre. Las espículas pueden tener aristas finas, más o menos largas y caducas o carecer de ellas; este carácter varía. Además, suelen encontrarse algunos pelos largos y rígidos en las inserciones de los racimos y de las espículas. En tiempo de fructificación se observan los granos ordenados en 4 hileras en los racimos y un tono rojizo general en la panícula.
En la comarca de Bages, la pata de gallo vive principalmente cerca de arroyos que reciben aguas residuales, de acequias y en los huertos; mientras que en otras comarcas se combate en arrozales y regadíos de plantas forrajeras.
La pata de gallo ha alcanzado una distribución cosmopolita al penetrar en los regadíos. Existen diversas razas descritas de esta especie.

[fotos Jordi Badia (1ª y 2ª) y Montserrat Porta (3ª)]