Salamanquesa rosada

Hemidactylus turcicus

La salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus) es un reptil que despierta simpatía por su aire juvenil y fantasioso.

La salamanquesa rosada es menor –hasta 12 cm de longitud máxima incluyendo la cola- y más esbelto que la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), su cabeza no es tan ancha y su piel es más lisa, con tubérculos redondeados solo en los costados. El cuerpo está poco pigmentado, resultando un color claro con matiz rosado en la parte ventral y con puntos oscuros diseminados en el dorso sin llegar a constituir franjas transversales; en cambio sí suele mostrar franjas alternas claras y oscuras sobre la cola. Si a primera vista no se consigue diferenciar entre les dos especies, hay que recurrir a los caracteres discriminatorios claros de las manos. Los cinco dedos de las manos de la salamanquesa rosada terminan en uñas y sus almohadillas adherentes de la cara interior están partidas en dos formando dos hileras que no alcanzan la base del dedo, como se muestra en la imagen 4ª. El nombre de género Hemidactylus (= dedo partido) se refiere a estas dos hileras de almohadillas. En cambio, la salamanquesa común tiene uñas en los dedos 3 y 4 pero no en el resto y sus almohadillas continuas ocupan la longitud completa del dedo.

La salamanquesa rosada es antropófila. Vive refugiada en grietas de las construcciones, de las que sale al atardecer o de noche para cazar al acecho insectos. Su comportamiento es similar al de la salamanquesa común.

Al ser una especie termófila, la salamanquesa rosada en Catalunya se distribuye en las comarcas litorales. En la comarca interior de Bages, la salamanquesa rosada no debe ser frecuente como la común, con la que debe haberse confundido habitualmente. Francesc Junyent la citó en 1980 de Sant Joan de Vilatorrada. En las imágenes 1ª, 2ª, 3ª y 4ª, una salamanquesa rosada observada cerca de Navarcles en agosto del 2014; en las imágenes 5ª y 6º un par de ejemplares observados en mayo del 2020 en Manresa; en la imagen 7ª, un ejemplar se somete dócilmente a una sesión de fotografía.

[fotos Ferran Fitó y Arnau Serra (1ª, 2ª, 3ª y 4ª), Montserrat Porta y Jordi Badia (5ª y 6ª), Marta Queralt López Salvans (7ª) y Montserrat Porta (8ª)]