Stizus ruficornis

Stizus ruficornis

Stizus ruficornis es un himenóptero bastante grande, de entre 16 y 24 mm de longitud, que pertenece a la familia Crabronidae y que se distribuye por la región Paleártica y en África central. En la Península Ibérica existen seis especies del género Stizus.

S. ruficornis es muy similar a una avispa, sobre todo si miramos la parte dorsal del abdomen que presenta un patrón de coloración de bandas amarillas y negras. En este caso, las bandas amarillas quedan interrumpidas y espaciadas en la parte media de forma decreciente desde la base hasta el último segmento. El tórax es negro, exceptuando el borde anterior que presenta una delicada línea amarilla, pero en las hembras existe una banda amarilla transversal en el mesonoto que puede ser residual en algunos machos (foto 2ª). La cabeza es negra, con dos grandes ojos amarillentos que tienen pequeñas máculas negras uniformemente repartidas y una marcada línea amarilla por detrás. También se observan unas pequeñas manchas más o menos triangulares entre los ocelos. Las antenas tienen la base amarilla y el resto de segmentos son naranjas. El clípeo también es amarillo. Tanto el tórax como el abdomen están cubiertos por una vellosidad blanquecina. Las alas son transparentes, débilmente anaranjadas y con los pterostigmas algo más oscuros. Las patas son amarillas aunque con la base de las tibias de color negro. Las tibias medias tienen dos espinas apicales, carácter que es distintivo.

Este bello crabrónido vuela en primavera y verano alimentándose de diferentes flores, como la del cardo yesquero que se observa en las fotos. Las hembras construyen los nidos en suelos arenosos, normalmente cerca del agua. Los nidos son bastante complejos y están constituidos por múltiples celdas. Las hembras abastecen las celdas con presas previamente paralizadas, como saltamontes o mántidos, que servirán de alimento alas futuras larvas. En primavera, los machos emergen antes que las hembras y quedana la espera de que ellas también lo hagan para aparearse. A veces, algún macho impaciente puede excavar el nido de una hembra para emparejarse antes de que ésta salga.

[fotos Xavier Adot]