El taladro amarillo de la madera (Zeuzera pyrina) es una polilla de la familia de los cósidos (Cossidae). Es una especie bien conocida al ser una plaga para muchos árboles frutales, en especial del manzano y del peral, pero también del cerezo o del naranjo e, incluso, del olivo, aunque de forma secundaria.
Un rasgo importante de los cósidos es que los adultos no tienen espiritrompa, por lo tanto no pueden alimentarse y en conseqüencia su vida es bastante corta, de unos diez días en esta especie. Z. pyrina tiene un claro dimorfismo sexual, no sólo por lo que respecta al tamaño de los sexos de 50 a 70 mm de longitud en el caso de las hembras y de 40 a 50 mm en los machos, sino también por la forma de las antenas que son filiformes en las hembras, mientras que en los machos son bipectinadas en su mitad basal y filiformes en su mitad distal (ver foto). El tórax presenta una densa pilosidad blanca salvo dos hileras de manchas longitudinales formadas por pelos negros o de un negro con reflejos azulados, y otra mancha similar situada a cada lado. Las alas delanteras de la polilla también son blancas con manchas negras. En el abdomen se observan perfectamente los terguitos. Éstos tienen la cutícula negra con una pilosidad blanca y están delimitados transversalmente por bandas estrechas de pelos blancos. Una densa pilosidad blanca envuelve toda la parte lateral del abdomen y cubre el último terguito. Los adultos de Z. pyrina vuelan de junio a septiembre u octubre dependiendo del lugar, pero los machos aparecen siempre unos días antes que las hembras. Poco después del apareamiento la hembra realiza la puesta en heridas o grietas en la corteza de un tronco o de una rama depositando cientos de huevos en diferentes grupos. Cada diminuto huevo mide alrededor de 1 mm de largo, tiene forma ovalada y es de color naranja rosado. Tras la eclosión, las larvas se mantienen agrupadas unos días protegidas por filamentos de seda que ellas mismas producen. Más tarde se dirigen a las zonas tiernas del árbol y realizan unas pequeñas galerías o bien se alimentan de hojas según la especie afectada. Esta primera fase les permite alcanzar el tamaño y la robustez suficiente para poder penetrar la madera, de forma que abandonan las primeras galerías y se dirigen a las ramas y al tronco. En el interior del árbol crecen ahora unas larvas con el cuerpo de color amarillo brillante punteado por unas pocas manchas negras y con la cabeza oscura, de color negro pardo brillante a negro. En invierno la actividad de las larvas cesa o se reduce hasta que con la llegada de la primavera se reanuda con fuerza y las larvas completan su desarrollo, pudiendo alcanzar finalmente los 60 mm de largo. Entre los meses de abril y mayo se forman las pupas o crisálidas de color marrón y de 25 a 40 mm de largo. A principios de verano las pupas, que son móviles, abandonan sus respectivas galerías y emergen en la superficie de troncos y ramas. Este ciclo es anual, pero puede ser bianual en zonas de clima más frío.
Z. pyrina se distribuye por la región paleártica occidental y fue introducida en Norteamérica a excepción de las zonas más frías.
[foto Xavier Adot]