

Con los nombres de taray o tamarisco se designa a cualquier árbol o arbusto del género Tamarix, pero la discriminación entre las especies y los taxones infraespecíficos de taray requiere mucha más atención.
Los tarayes o tamariscos son árboles poco altos o arbustos, muy ramificados en un conjunto de ramas finas, largas y flexibles, cubiertas de hojas en forma de escamas imbricadas de tan solo 1,5-2,5 mm de longitud, similares a las de los cipreses. Las ramitas verdes de los tamariscos caen en invierno. Además, las hojas de los tamariscos suelen tener, en mayor o menor abundancia, glándulas secretoras de sal. En primavera los tamariscos sacan inflorescencias cilíndricas constituidas por flores actinomorfas, tetrámeras o pentámeras, con pétalos rosados. El fruto es una cápsula que al abrirse liberará minúsculas semillas equipadas con un plumero para su dispersión con el viento. Las especies de taray se distinguen cuando están en flor por pequeñas diferencias en sus piezas florales.
Tamarix gallica subsp.anglica (= T.gallica, T.anglica), el taxon que aquí presentamos, es un arbusto de hasta 3 metros de altura. Sus hojas son verdes sin matiz azulado. Las ramas leñosas tienden a un pardo rojizo. Las inflorescencias de forma cilíndrica, de 3-5 mm de diámetro, se forman en primavera, generalmente en las ramitas del mismo año. Los capullos florales tienen forma ovoide de 2 mm de longitud. La bráctea que nace en la base del pedúnculo floral alcanza a lo sumo la altura de la punta de los sépalos. Las flores son pentámeras con 5 sépalos cortos, 5 pétalos blancos o rosados de 2 mm, 5 estambres con el filamento blanco y las anteras rosas, y 1 pistilo con 3 estigmas.
Tamarix gallica subsp.canariensis (= T.canariensis) es un taxon muy cercano. En la bibliografía se confunden las citas de T.gallica y T.canariensis, dos formas de taray tan cercanas que últimamente se tiende a considerar una sola especie y diferenciarlas a nivel subespecífico. T.gallica subsp.canariensis alcanza tamaño arbóreo con el tronco y el ramaje tortuosos. T.gallica subsp.canariensis muestra matiz azulado en sus hojas. Los tallos jóvenes tienen numerosas papilas y las hojas suelen tener glándulas excretoras de sal. Sus inflorescencias nacen en primavera y verano, siempre en las ramitas del mismo año; los capullos son esféricos de 1,5 mm de diámetro, los pétalos menores, de sólo 1,5 mm de longitud, y las brácteas florales se alargan en una punta fina que sobrepasa la altura de la punta de los sépalos. Hay que observar con lupa estos detalles florales para discriminar a ciencia cierta entre las dos subespecies de T.gallica.
Tamarix africana es otra especie de taray presente en la comarca de Bages. T.africana forma las inflorescencias en primavera en las ramas leñosas de años anteriores, no en las ramillas verdes del mismo año como T.gallica.
Los tarayes soportan la salinidad en el suelo. Su hábitat más característico son los suelos con agua freática moderadamente salina, tanto cerca del mar como en cuencas sedimentarias interiores. En la comarca del Bages se encuentran tarayes en taludes arcillosos de la formación geológica Artés y en áreas influidas por la minería de potasa, principalmente cerca de arroyos salinizados como los de Conangle (Balsareny) y Bellver (Callús). Además, distintas especies y variedades de taray seleccionadas por su porte arbóreo, por la abundancia y espectacularidad de su floración, o por su resistencia a la sal o al viento los tarayes se utilizan en jardinería y en la renaturalización de terrenos cerca del mar o afectados por salinización. Han sido plantados, por ejemplo, en la parte norte del humedal de la Corbatera y en la franja entre la escombrera salina de la Botjosa y la Acequia de Manresa, ambas localidades en Sallent. Este uso en jardinería añade complejidad a la identificación precisa de los ejemplares del género Tamarix.
[fotos Jordi Badia]