Topillo mediterráneo

Microtus duodecimcostatus

El topillo mediterráneo (Microtus duodecimcostatus) es un pequeño roedor de la familia de los cricétidos que tiene cortos el morro, las patas y la cola y presenta unas orejas muy pequeñas que quedan escondidas entre el pelo de la cabeza. Mide entre 11 y 14,5 cm de largo contando la cola, cuya longitud representa como máximo un tercio de la del animal entero. Pesa entre 19 y 32 gramos. Su pelaje es de color crema en la cola, de color marrón grisáceo en el dorso, más amarillento en los costados y aún más claro y con tonalidades grises en el vientre.

Es monógamo y puede tener actividad reproductora durante todo el año, aunque el frío intenso y la sequía estival pueden hacer que disminuya. Los machos alcanzan la madurez sexual a las cuatro o cinco semanas de su nacimiento, mientras que las hembras llegan a ella a las seis semanas. Las hembras tienen de media 2,8 crías por parto y no suelen tener más de 5 cada vez que paren. Su esperanza de vida al nacer es de aproximadamente 2 años. En un estudio, dos machos fueron vueltos a capturar 33 meses después de que hubieran sido capturados por primera vez.

Vive en espacios abiertos que tengan un buen recubrimiento herbáceo: prados, jardines, campos abandonados, campos de alfalfa, de frutales, de nabos, de remolachas, etc. Es frecuente encontrarlo en los taludes y los márgenes herbosos de las carreteras.

Es principalmente diurno, y es el más subterráneo de todos los topillos de Cataluña. Casi todas las actividades las realiza bajo tierra, en las largas galerías que excava, las cuales están muy ramificadas y suelen presentar un único nido y varias cámaras destinadas al almacenar alimentos. Estas galerías generalmente se encuentran a una profundidad de 5 a 50 cm pero pueden llegar a estar a 1 m bajo tierra en verano, cuando el animal busca la humedad. Dentro del suelo reposa, se reproduce y encuentra las raíces, los bulbos y los tubérculos que constituyen el 90% de su dieta. Sólo sale a la superficie para iniciar la excavación de una nueva galería o para buscar alimentos vegetales que no encuentra bajo tierra, como por ejemplo frutos caídos de los árboles. Aprovecha las horas nocturnas o crepusculares para salir y, cuando lo hace, queda expuesto a sus depredadores, que son principalmente las aves rapaces nocturnas y los pequeños carnívoros. Las lechuzas (Tyto alba) capturan muchos topillos mediterráneos.

Aunque dedica gran parte de sus horas de actividad a excavar galerías subterráneas, sus extremidades no presentan adaptaciones especiales destinadas a tal fin. Esto es así porque arranca la tierra con los dientes incisivos (es frecuente capturar ejemplares con la boca llena de tierra). Con las patas anteriores la hace pasar por debajo de la barriga, y con las posteriores la va acumulando a sus espaldas. Mediante idas y venidas va arrastrando la tierra acumulada hasta el exterior, y así va formando los típicos montones de tierra que denotan su presencia (fotos 3ª y 4ª). En verano, cuando el suelo se seca mucho, su actividad excavadora disminuye y puede llegar a cesar. El topo (Talpa europaea) hace unos montones de tierra que se parecen a los que hace el topillo mediterráneo, pero suelen ser más grandes que estos. Dentro del área geográfica descrita por la presente web, es muy poco probable confundir los montones de tierra del topillo mediterráneo común con los del topo porqué este insectívoro sólo se ha encontrado en el término municipal de l’Estany.

Cuando encuentra condiciones favorables, el topillo mediterráneo puede proliferar mucho y convertirse en una plaga para la agricultura. En cultivos de regadío de la provincia de Sevilla se han descrito densidades medias anuales de 390 individuos por hectárea, y puntualmente densidades superiores a los 900 individuos por hectárea. Cuando se considera que es una plaga, a menudo se le intenta eliminar con veneno, con trampas o con gas letal que se va difundiendo por el interior de las galerías. Los cultivos que más puede perjudicar son los de alfalfa, los de árboles frutales y los de nabos.

El topillo mediterráneo se encuentra en la mayor parte de la península Ibérica y en una extensa área del sureste de Francia. Dentro de la península Ibérica, no se encuentra en la porción noroccidental, ni en gran parte de la Cornisa Cantábrica ni en algunas áreas de los Pirineos. No vive o es muy raro en las zonas más altas. En Cataluña, la estación de esquí de fondo de Guils Fontanera, que tiene una altitud mínima de 1905 m, es probablemente el lugar más alto donde se ha encontrado. En Sierra Nevada se encuentra hasta los 3000 m. Es un animal muy común en el Bages.

El ejemplar de las fotos 1ª y 2ª fue encontrado ahogado en una piscina de Sant Fruitós de Bages.

[fotos Florenci Vallès]