La verdolaga (Portulaca oleracea) es una hierba anual extraordinariamente común en huertos y en márgenes húmedos de caminos que pertenece a la familia particular de las portulacáceas. Se reconoce fácilmente tanto por sus hojas opuestas, sésiles y de limbo espatulado de hasta 3 cm, crasas y relucientes, como por sus tallos también hinchados y de color granate, normalmente prostrados y ocupando mucha superficie. Las flores aparecen solitarias en las puntas de los tallos. Cada flor consta de 2 sépalos, 5 pétalos amarillos, un número alto y variable de estambres y un pistilo. Algunas flores son cleistógamas, es decir, se mantienen cerradas y se autofecundan. El fruto es una cápsula o pixidio al que le salta la tapa transversal para diseminar las minúsculas semillas.
Se conocen distintas subespecies de verdolaga, diferenciadas por el tamaño y el grabado de las semillitas.
La verdolaga es una planta comestible, de la que se había cultivado la subespecie sativa obtenida por selección artificial. Tradicionalmente se comía cruda y aliñada o hervida como cualquier otra verdura. Actualmente su interés gastronómico se ha perdido en Cataluña, aunque se mantiene en países de Oriente medio.
[fotos Jordi Badia]