La aguileña (Aquilegia vulgaris) es una hierba perene de la familia ranunculáceas que, si está en flor, no pasará desapercibida. En la flora de la comarca de Bages, y en general en la flora europea, las especies de la familia ranunculáceas [ej. talictro tuberoso, hepática, arañuela (Nigella damascena)…] están entre aquellas que poseen las flores mayores y más espectaculares; y entre las ranunculáceas, la aguileña es una de las más destacadas. Sus hojas, casi todas basales, se dividen en 3 lóbulos que a su vez se dividen en 3 lóbulos más. Las flores, de color violeta y de hasta 5 cm de diámetro, son tan llamativas como particulares. Se disponen inclinadas abajo, colgando. Constan de 5 sépalos petaloides intercalados con 5 pétalos que continúan en espolones curvados en espiral en donde la flor guarda el néctar. Los estambres se agrupan en una columna central, alrededor de los carpelos que, al madurar, se transformarán en folículos (foto 5ª).
La aguileña crece en claros húmedos y márgenes frescales del robledal y en torrenteras.
[fotos Jordi Badia (1ª, 3ª, 4ª y 5ª) y Florenci Vallès (2ª)]