Pino negral

Pinus nigra subsp. salzmannii

El pino negral o salgareño (Pinus nigra subsp. salzmanii) es un pino con tronco habitualmente recto y ramas que tienden a la horizontalidad para sostener una copa ovalada o cónica, bastante regular en los individuos jóvenes y restringida a la mitad superior del tronco en los más viejos. Un pino negral puede llegar a los 30 metros de altura y ser muy longevo.
La corteza es gruesa, más aún en los individuos de mayor edad, gris con matices rojizos allá donde se han desprendido placas, con grietas anchas, profundas y de color negruzco.
Las hojas o agujas se agrupan de 2 en 2 por una vaina común en la base, son lineales de 6-16 cm de longitud por 0,8-1,5 mm de diámetro, flexibles y terminadas en una punta no vulnerante. Las ramillas nuevas donde se insertan las hojas son de un color marrón anaranjado característico.
Las piñas son casi sésiles, de forma oval de unos 5-8 cm de longitud y maduran en otoño del año siguiente al de la primavera cuando nació la inflorescencia femenina; por tanto, el ciclo de las piñas dura un año y medio. Las piñas maduras en otoño se abren y liberan piñones muy pequeños y con un ala para facilitar la dispersión por el viento que los agranda hasta 1,5 cm.

A primera vista o a distancia, el pino negral se diferencia del pino silvestre o albar por sus hojas más largas, del pino carrasco por su porte más regular, y del pino piñonero por su verde claro y los pinceles de hojas más anchos, cortos y rectilíneos.

El pino negral es un árbol de distribución submediterránea con tendencia continental y preferencia por los terrenos calcáreos. El pino negral es un árbol frecuente en las umbrías de la comarca de Moianès y de las tierras a mayor altitud de la comarca de Bages. Durante años, los propietarios y gestores forestales favorecieron al pino negral en la Cataluña Central por el valor de mercado de sus troncos rectos que se utilizan en construcción y como soporte de líneas eléctricas o telefónicas. Pero en los últimos decenios, las calamidades se suceden contra el pino negral que ve disminuir drásticamente su territorio en la Catalunya Central. Veámoslas.
El pino negral es una de las especies de pino que más sufre el ataque de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Si en un pinar se encuentran pinos carrascos, piñoneros y negrales, la procesionaria escogerá a los pinos negrales.
Los extensísimos incendios forestales de los años 1980, 1985, 1986, 1994 y 1998 en la comarca de Bages calcinaron pinares de pino negral y pinares mixtos con pino negral. Tras los incendios, los pinos negrales no se han recuperado.
El cambio climático con incremento notable de las temperaturas, y desde 2021 también con disminución de la pluviosidad, va en contra de los pinares de pino negral y de pino albar o silvestre en las comarcas de Bages y Moianès donde se encuentran ya en el límite de sus áreas de distribución. En estas comarcas, los pinares de pino negral y de pino silvestre son bosques anacrónicos, fuera de tiempo y lugar; restos de unas masas forestales nacidas en condiciones ecológicas distintas, inadaptadas al clima actual.
Finalmente, como la guinda del pastel, el hongo Sphaeropsis sapinea (= Diploidia pinea) se encarniza con los pinos negrales debilitados por el calor y la sequía.

Pinus nigra subsp. salzmanii vive en las sierras ibéricas y en escasas localidades del norte de África y del sur de Francia. En repoblaciones forestales se ha utilizado en ocasiones Pinus nigra subsp. nigra, de hojas ligeramente más cortas, oscuras y rígidas, originario de la península de los Balcanes. En parques urbanos puede encontrarse también Pinus nigra subsp. laricio, de porte más regular y hojas de un verde azulado, propio de la isla de Córcega.

En la foto 1ª vemos la típica imagen de un viejo pino negral o salgareño (Pinus nigra ssp. salzmannii), con su tronco recto (que le da más valor económico que al pino carrasco) y con su ramificación regular. La foto 2ª muestra el tronco del pino negral envuelto por la hiedra (Hedera helix) y la 3ª un ejemplar en Monserrat que sobrevivió al incendio de 1986. La imagen 5ªmuestra el detalle de la rama de pino negral a comienzos de julio en la que se aprecia la típica piña pequeña nacida en mayo del año anterior, aún verde pero ya íntegra. En la imagen 6ª, una piña seguramente con dos años ya cumplidos, totalmente abierta en invierno, que ha liberado ya los piñones y que no tardará en caer. Es característica la implantación en ángulo recto de la piña sobre la rama. Las piñas del pino albar son parecidas a ésta. La abundancia de piñas abiertas en el suelo del bosque va ligada a la presencia de ambas especies de pino.

[fotos Florenci Vallès (1ª, 2ª y 5ª) y Jordi Badia (3ª, 4ª y 6ª)]