Procesionaria del pino

Thaumetopoea pityocampa

En la imagen 1ª, un nido de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) en invierno, en las ramas de un pino carrasco. En las imágenes 2ª y 3ª, procesiones de la procesionaria del pino en el momento del entierro colectivo que suele tener lugar en el mes de marzo. En la imagen 4ª, una procesión se ha desorganizado y convertido en una pila de orugas; tras este impás, una de las orugas tomará la iniciativa de ponerse en cabeza y el lío se desanudará. La imagen 5ª muestra a un individuo solitario, aparentemente desorientado. Una vez enterradas, las orugas pasarán al estadio de pupa en el que realizan la metamorfosis para transformase en mariposas nocturnas (imagen 6ª) que, a pesar de ser abundantísimas, son difíciles de ver al no ser atraídas por la luz ordinaria. Las mariposas suelen emergir del suelo entre final de junio y final de agosto.

Las orugas de procesionaria se alimentan de hojas de pinos, aunque respetan las yemas. Las orugas de procesionaria ocasionan graves plagas en los pinares, especialmente en aquellos que se encuentran en vertientes soleadas. Los pinos afectados por defoliación por la procesionaria se debilitan y pueden llegar a morir. El pino negral y el pino silvestre son las especies de pino preferidas por la procesionaria, en segundo lugar se encuentra el pino carrasco y es raro que afecte al pino piñonero. Esporádicamente se observan nidos de procesionaria en cedros y en abetos plantados. El frío invernal podría limitar la distribución de la procesionaria del pino, pero la ausencia de olas de frío durante muchos inviernos consecutivos ha permitido la expansión de la plaga en Cataluña, en donde gana territorio extendiéndose hacia el norte y a mayor altitud. La última gran ola de frío en la comarca de Bages se registró en diciembre de 2001. La procesionaria del pino parece haber adelantado su ciclo vital en los territorios más fríos, para que el frío hivernal no sorprenda a las orugas en estadios juveniles, sino con los nidos completamente formados y las orugas en estadios finales o quien sabe si ya enterradas.

Además de defoliar los pinos, las orugas de procesionaria del pino poseen pelos urticantes a las personas y causan reacciones alérgicas.

[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª, 4ª, 5ª y 6ª) y Florenci Vallès (3ª)]