El plátano de la fuente de Sant Pau

El plátano (Platanus x hybrida) de la fuente de Sant Pau tiene que ser uno de los árboles de mayor tamaño del municipio de Manresa, si no el mayor. Se encuentra a unos 50 metros de la fuente de Sant Pau, que a su vez toma el nombre de este barrio manresano, junto al camino que sigue la orilla izquierda del río Cardener en dirección a la pasarela de Can Poc Oli y que se integra en el itinerario de naturaleza “M4 – Del Cardener al Llobregat” de la Anella Verda de Manresa.

El plátano de la fuente de Sant Pau está catalogado en el Plan Especial Urbanístico de protección de árboles y arboledas de interés municipal de Manresa. En su ficha EBIM-025 leemos que el plátano mide 34 metros de altura y 5,1 metros de perímetro de tronco. ¡No está nada mal! Su presencia firme y altiva contribuye al encanto del lugar.

El plátano de la fuente de Sant Pau ilustra las dimensiones imponentes que alcanzan los plátanos cuando crecen en terreno fértil, disponen de agua y no están sometidos a talas periódicas. Si estuviera situado al norte de la línea de los Pirineos, pongamos por ejemplo en la orilla del canal de Midi, en una carretera local de la llanura del Rosselló o en la población de Ceret, no sería tan excepcional. Pero al sur, donde pervive la funesta manía de podar incluso contra árboles ornamentales cuando no hay leña ni beneficio alguno a ganar, el plátano de la fuente de Sant Pau es un árbol muy digno de admiración.

Su copa es más alta que ancha, poco regular porqué algunas ramas grandes fueron mutiladas en su arrancada de la cruz, hace ya muchos años. Una de las ramas restantes asumió el protagonismo y sube vertical y robusta, directa al cielo.

La eliminación de los huertos ilegales alrededor de la fuente de Sant Pau y la apertura del itinerario de naturaleza por la orilla izquierda del Cardener significó la salvación del plátano, que de otra forma hubiera sido abatido. El riesgo actual más preocupante es la proximidad del colector de salmuera, cuyos vertidos accidentales han causado ya la muerte de numerosos grandes árboles en la orilla del Cardener.

[fotos Jordi Badia]