Celidonia

Chelidonium majus

La celidonia (Chelidonium majus), o celidonia mayor para distinguirla de la celidonia menor (Ranunculus ficaria), es una planta de la familia papaveráceas, la de la amapola (Papaver rhoeas), que crece en lugares con suelo nitrogenado, sombríos y frescos, cerca de las construcciones humanas, a menudo junto con la ortiga (Urtica dioica).

La celidonia es una hierba muy característica. Cada año saca tallos nuevos hasta cerca del metro, cilíndricos y con pelos ralos erizados. Posee hojas compuestas por 5-7 folíolos en forma de lóbulos irregulares a su vez crenados, con el apical siempre mayor que los demás. Estas hojas son discoloras, verdes en el anverso y glaucas en el reverso. Si se cortan o se rompen por la inserción del pecíolo, de las hojas y del tallo brota un látex de color amarillo naranja con gusto amargo y picante, desagradable. Las flores se disponen en un intento de umbela de unos pocos pedúnculos de longitud desigual en el extremo de los tallos. Las flores, simples y vistosas, algo toscas, constan de 2 sépalos caducos, 4 pétalos amarillos en cruz, numerosos estambres también amarillos y un carpelo verde en el centro. El carpelo se transformará en una cápsula larga de unos 3-5 cm, estrecha y deformada por las semillas de su interior, que se mantiene erecta. Al abrirse empezando por abajo revela que está formada por 2 valvas y una columnilla que sostiene las semillas esféricas.

El látex de la celidonia se ha utilizado para eliminar verrugas de la piel. También, bajo la influencia de la fantasiosa teoría del signo, se le ha atribuido la propiedad de curar la ictericia, el síntoma característico de tono amarillo en la piel y en la esclerótica de los ojos debido a bilirrubina en la sangre por disfunción del hígado y la vesícula biliar.

La celidonia es una planta muy común en toda la Europa húmeda, aunque no tanto en la comarca de Bages .

[fotos Jordi Badia]