Malva

Malva sylvestris

La malva o malva común (Malva sylvestris) es una hierba bianual o perenne que suele encontrarse siempre en solares abandonados, en bordes de caminos y en los alrededores de las casas de campo.

Sus hojas tienen nerviación palmada y contorno redondeado, con 5 o 7 lóbulos dentados a su vez. Las flores de la malva muestran una bella e inconfundible simetría radiada pentámera. Constan de un cáliz de 5 sépalos rodeado de 3 brácteas (el calículo), y de una corola de 5 pétalos grandes, de hasta 3 cm de longitud, con el ápice escotado y espléndidos con su atractivo color rosa o púrpura -el color malva- más intenso en las nerviaciones. Los numerosos estambres están soldados en una columna central que rodea los estilos. Sus frutos, que recuerdan una pequeña calabaza de alrededor de 1 cm de diámetro, son comestibles cuando están verdes.

La malva crética (M.multiflora [= Lavatera cretica]) se parece mucho a la malva (M.sylvestris) y vive en los mismos ambientes. La malva crética se diferencia por su porte mayor, por el contorno de las hojas más redondeado, por las piezas del calículo más anchas y en parte soldadas en la base y, especialmente, por sus frutos de superficie lisa mientras que los de la malva común son rugosos.

La expresión «criar malvas», aplicada a una persona muerta y enterrada, alude acertadamente al hecho que la malva crece en suelos muy nitrogenados.

[fotos Florenci Vallès (1ª) y Jordi Badia (2ª)]