Una nebreda (o nebral, o enebral) dominado por el enebro albar (Juniperus oxycedrus) se adueña de las áreas erosionadas del Bages, con suelo pobre y escaso, a menudo afectadas por incendios. El enebro albar, a diferencia del enebro (J.communis) y de la sabina (J.phoenicea), retoña después de un incendio. La imagen de conjunto es la de un matorral clareado que no llega a recubrir todo el suelo, de composición florística próxima a la del romeral, pero donde destaca la forma cónica del enebro albar en vez de las formas redondeadas del la coscoja y el lentisco.
En castellano, una población de enebros es un enebral, un nebral o una nebreda, tanto si es de enebros como si es de enebros albares.
En la comarca de Bages se encuentran enebrales de enebro albar, especialmente en el cuadrante suroeste. En la imagen primera, un extenso enebral en el término municipal de Aguilar de Segarra, en una solana del valle de Maçana 20 años después de sufrir un incendio forestal. El enebral de enebro albar soporta bien los rigores del clima mediterráneo continental, en especial la sequedad del verano.