La mayoría de los cultivos en la comarca de Bages se encuentran en zonas más o menos planas, aunque quedan aún bancales cultivados en vertientes de montañas. El Pla de Bages, el llano más extenso en la comarca, es el área más representativa del paisaje agrícola. A su alrededor se alzan altiplanos originados por la erosión diferencial en los que predominan igualmente los cultivos. Entre ellos destacan, de oeste a este, los de Bergús (Cardona), Castellfollit del Boix, Camps (Fonollosa), Fals (Fonollosa y Rajadell), Les Tàpies y Les Quingles (Calders), Sant Feliu Sasserra, Moià y L’Estany. Siguiendo los dos ríos y los arroyos principales se encuentran tramos de valle más anchos que coinciden a menudo con poblaciones, como son el entorno de Cardona en el valle del Cardener; los de Navàs, Balsareny, can Font de Cirerencs y Boades (Castellgalí), y Sant Vicenç de Castellet en el valle del Llobregat; y el de Avinyó en el valle de la Gavarresa.
Las zonas del Bages en las que predomina la agricultura son mosaicos constituidos por extensos cultivos de secano junto con fragmentos de bosque, arroyos, huertas, caminos y casas de campo. Esta diversidad de hábitats y la disponibilidad de comida abundante de origen agrícola permiten que en estas áreas tan humanizadas se encuentre mayor variedad y abundancia de vertebrados que en las grandes extensiones forestales. Una mayoría de los retazos de bosque se encuentra en terrenos rocosos poco aptos para el uso agrícola, aunque los hay también cerca de arroyos y en lugares con suelo profundo cercanos a casas de campo donde han sido conservados para el aprovechamiento de los recursos forestales y por motivos estéticos.
En los campos de secano se cultivan mayoritariamente los cereales, básicamente cebada (Hordeum vulgare), pero también trigo (Triticum aestivum, Triticum durum) y, en menor grado, avena (Avena sativa). La viña (Vitis vinifera) había sido el cultivo dominante en la comarca hasta que llegó la plaga de la filoxera (Viteus vitifolii) en el año 1892. A lo largo del siglo XX, los viñedos fueron perdiendo terreno, hasta quedar como cultivo importante únicamente en el municipio de Artés. Coincidiendo casi con el centenario de la llegada de la filoxera, en el año 1995 se creó la denominación de origen de vino Pla de Bages, que está dando un nuevo impulso al cultivo de la viña. Otras plantas de cultivo de secano en los llanos son los olivos (Olea europaea var. europaea) y los almendros (Prunus dulcis) y, algunos años, el girasol (Helianthus annuus) o la colza (Brassica rapa [= napus] ssp.oleifera).
En el conjunto del Bages las áreas de regadío ocupan poca superficie, exceptuando en el municipio de Manresa que, desde el siglo XIV, dispone de una extensa área de regadío gracias a la construcción de la acequia de Manresa. La acequia de Manresa es un canal medieval de 26 km de longitud que tiene su origen en el río Llobregat a los pies del cerro del castillo de Balsareny, y que atraviesa el Pla de Bages de norte a sur. La acequia de Manresa acentúa la humedad en los terrenos donde pasa. Su camino paralelo sirve a la vez como senda excursionista.
En los cultivos crece un conjunto de plantas, mayoritariamente de ciclo anual y denominadas arvenses, que constituyen una pesadilla para el agricultor. Son las popularmente conocidas como malas hierbas, entre las cuales destacan por su abundancia en los sembrados la amapola (Papaver rhoeas) y las cizañas (Avena fatua, Avena sterilis i Avena barbata). La aplicación sistemática de herbicidas ha conseguido que las poblaciones de malas hierbas no sean actualmente tan abundantes.
Muchos vertebrados buscan refugio en los bosques o en los zarzales y alimento en los campos. De este modo, el búho chico (Asio otus) nidifica en los bosques isla y caza ratones y pájaros en los cultivos. Otros, como el aguilucho cenizo (Circus pygargus) o la codorniz (Coturnix coturnix), viven estrictamente ligados a los sembrados donde construyen sus nidos.
Las poblaciones de aves varían estacionalmente, al ritmo de los trabajos agrícolas, la disponibilidad de alimento y los ciclos migratorios. En otoño y en invierno, los llanos del Bages acogen bandadas de pájaros invernantes procedentes del norte. Algunos, como la avefría (Vanellus vanellus), sólo pueden verse eventualmente en esta época, mientras que otros, como el pinzón común (Fringilla coelebs) o el estornino pinto (Sturnus vulgaris), pueden observarse durante todo el año, aunque abundan más en la época fría porqué a las poblaciones locales se les suman los recién llegados del norte. Por otro lado, existen también aves exclusivamente estivales, típicas de las llanuras cultivadas, como por ejemplo el abejaruco (Merops apiaster) que destaca por su contrastada policromía, la golondrina (Hirundo rustica) y el avión común (Delichon urbica), y el raro aguilucho cenizo (Circus pygargus).
Muy probablemente, la mayor extensión de los cultivos en la comarca de Bages se alcanzó alrededor de 1982, el año en que la filoxera (Daktulosphaira vitifoliae [= Phylloxera vastatrix, Viteus vitifolii]) llegó a la comarca iniciando la muerte de las vides. La presencia de la filoxera en los viñedos franceses desde 1868 y la consecuente disminución de la oferta de vino provocaron su aumento de precio en toda Europa. Esta situación desencadenó, en la comarca de Bages y en otras de Cataluña, una rápida expansión del cultivo de la vid, en parte a costa de la roturación de terrenos forestales generalmente pendientes. Esta expansión se detuvo al final de la década de 1880 a causa de la recuperación de los viñedos franceses gracias al injerto de la vid cultivada desde hacía ya milenios sobre especies silvestres americanas resistentes a la filoxera. A lo largo del siglo XX, las tierras cultivadas menos productivas y de cultivo más difícil se fueron abandonando y se transformaron en forestales. Este abandono fue causado principalmente por el bajo rendimiento económico de la agricultura y también por la mecanización de las labores agrícolas, de aplicación costosa en bancales estrechos de difícil acceso. Principalmente a lo larga del último tercio del siglo XX y de la primera década del siglo XXI, la superficie agrícola en el Bages se redujo por la ocupación residencial, industrial, logística, comercial y viaria.
[Jordi Badia, Josep Illa, Jordi Morató, Oriol Oms, Ramon Solà, Florenci Vallès y Marc Vilarmau]