Gymnosporangium tremelloides es un hongo perteneciente al orden uredinales o pucciniales, un extenso grupo de basidiomicetos fitopatógenos con ciclo vital complejo, denominados colectivamente en español royas, de importancia enorme en agricultura y en el medio natural a pesar de ser a menudo poco conocidos.
El nombre de género Gymnosporangium indica que parasitan gimnospermas, particularmente los géneros Juniperus y Cupressus, mientras que el adjetivo específico tremelloides se refiere al aspecto del cuerpo fructífero que aloja los telios que recuerda al hongo gelatinoso Tremella mesenterica.
Gymnosporangium tremelloides necesita dos huéspedes para completar su ciclo vital: como huésped secundario, un árbol de la familia rosáceas de los géneros cercanos entre ellos Sorbus –en la imagen 4ª una hoja de mostajo (Sorbus aria) infectada mostrando los ecios; como huésped principal, un enebro (Juniperus communis) –en las imágenes 1ª, 2ª y 3ª una ramita de enebro infectada mostrando los telios, la fase más conspicua, con el hongo hidratado y ya finalmente seco.
Iniciamos la explicación de su ciclo vital con la germinación de una basidiospora que ha llegado a la hoja del mostajo o de otro árbol de los géneros Sorbus, Malus o Cydonia, en la que desarrolla un micelio monocariótico con picnidios formadores de picniosporas que actúan como células masculinas e hifas receptoras que actúan como femeninas. La fecundación da lugar a hifas binucleadas, las cuales producen los ecios que se aprecian en la superficie de la hoja como discos anaranjados. Los ecios liberan al viento eciosporas binucleadas. Si una eciospora infecta una rama de enebro, constituye un micelio a partir del cual surgen los cuerpos fructíferos portadores de los telios formadores de teliosporas binucleadas. Las teliosporas constan de dos células binucleadas, son fusiformes y están protegidas por una pared gruesa que les permite actuar como células de resistencia. Finalmente, los dos núcleos de la célula superior de la teliospora se fusionan en una célula diploide, un basidio –sí, como el de los champiñones o de los nízcalos- en el que tiene lugar la meiosis de la que resultan 4 basidiosporas haploides que, si las cosas van bien para el hongo y mal para sus huéspedes, reiniciarán el ciclo.
Sobre el enebro puede encontrarse también G.clavariiforme y sobre la cada (Juniperus oxycedrus) G.gracile; ambas especies desarrollan cuernecillos del mismo color anaranjado y consistencia gelatinosa alrededor de la ramilla en vez de masas globosas informes.
Otras especies de uredinales forman, además de las esporas nombradas, urediniosporas desde la hifas dicarióticas instaladas en el huésped principal que realimentan la infección sobre el mismo huésped.
[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª y 4ª) y Florenci Vallès (3ª)]
- Ver otras uredinales: Gymnosporangium clavariiforme, Puccinia hordei-maritimi, Puccinia malvacearum y Phragmidium rosae-pimpinellifoliae.