El romeral o matorral mediterráneo de romero es una comunidad vegetal asociada a suelos ricos en carbonato de calcio en la que predominan los pequeños arbustos de una altura entre 0,4 y 1 m. El romero (Rosmarinus officinalis), que excepcionalmente puede superar el metro y medio de altura, suele ser dominante en la comunidad, aunque, en el Bages, a menudo le acompañan arbustos de tamaño similar como la aliaga (Genista scorpius), la bruguera (Erica multiflora) y el romero macho o jaguarzo (Cistus clusii). También se encuentran matas más bajas, como los escobizos (Dorycnium pentaphyllum), el tomillo (Thymus vulgaris), la coronilla de fraile (Globularia alypum), la hierba pincel (Staehelina dubia), la siempreviva (Helichrysum stoechas), la bufalaga (Thymelaea tinctoria), la alhucema (Lavandula latifolia), el hinojo de perro (Bupleurum fruticescens), la coronilla (Coronilla minima ssp.lotoides), la menuda Ononis minutissima y la hierba de las siete sangrías (Lithospermum fruticosum).
En suelos con yeso, como en los alrededores de Collbaix (Manresa), Fonollosa o Fucimanya (Sallent), un curioso arbusto de hojas carnosas toma parte del matorral mediterráneo: el arnacho (Ononis tridentata). También algunas hierbas de vistosas flores destacan en el matorral mediterráneo, como el cardo heredero (Atractylis humilis) y diversas orquídeas del grupo de las abejeras (Ophrys).
En las zonas más cálidas del extremo sur de la comarca, el romeral se enriquece con la aulaga morisca (Ulex parviflorus), un arbusto de morfología similar a la aulaga, extremadamente punzante, que dificulta el tránsito cuando llega a ser dominante y que destaca igualmente por su abundante floración amarilla en pleno invierno. En las lomas del macizo de conglomerado de Sant Llorenç del Munt y Serra de L’Obac, con el suelo descalcificado por la lluvia, la jara blanca (Cistus albidus) sustituye al romero.
A pesar de su aspecto reseco en verano, los romerales son notables por los aromas que desprenden algunas de sus plantas (romero, tomillo, alhucema, aliaga…) y por la abundancia de flores vistosas, especialmente desde finales de febrero hasta comienzos de junio -aunque la bruguera florece principalmente en noviembre y el romero en cualquier época del año-. También destacan por su frugalidad y capacidad de colonización de los suelos esqueléticos y, desde el punto de vista económico, tienen importancia para los productores de miel.
Actualmente, el matorral mediterráneo de romero cubre grandes extensiones en el Bages, especialmente en las solanas, pero también en vertientes de exposición intermedia con suelos poco profundos.
Los límites entre matorrales mediterráneos, prados de junquillo falso, prados secos y coscojares no siempre están claros, lo que es lógico si se considera que estas comuniaddes vegetales son transitorias y, acompañadas o no de pinos (pino carrasco y, puntualmente, pino piñonero) ocupan antiguos dominios del encinar.
[Jordi Badia y Florenci Vallès con la colaboración de Xavier Adot, J.Enrique Arnold, Xavier Idígora, Jordi Morató, Ramon Solà y Marc Vilarmau]
- Ver el artículo La primera florida, en catalán, de Jordi Badia.